En la actualidad el mundo está sufriendo una revolución tecnológica, en la cual los Sistemas operativos están siendo parte fundamental de la misma. Entre ellos destaca Windows en los equipos portátiles y de escritorio, pero en otros ámbitos Linux y BSD toman la delantera, siendo los referentes. Estos últimos son los reyes del ahorro en recursos y permiten que con unos pocos dólares se pueda automatizar una casa, o poder medir diversos tipos de dispositivos a grandes distancias. Pero por qué Linux no compite directamente con Windows en los escritorios. Esto deriva de su propia característica más representativa, por la libertad con la que cuenta.
La libertad de Linux, permite que todos puedan modificarlo, agrandarlo, reducirlo, adaptarlo y reconstruirlo. Pero al no tener una ruta específica de evolución y no contar con un departamento que dicte un estándar para todo se encontrara en perpetuo cambio. Cada día aparecen cientos de versiones y configuraciones, que con suerte no tendrán conflictos con las aplicaciones. Esto no permite que las empresas fabricantes desarrollen controladores específicos, tampoco permite que se centren en un solo desarrollo. Ya que entrar a Linux y querer satisfacer los usuarios se vuelve complicado. En cambio Windows se mantendrá estable por muchos años. Su kernel no cambiará de la noche a la mañana y aún menos tomará decisiones controversiales que pudiera ocasionar que la mayoría de los programas compatibles con ellos fallen.
Debemos comprender que no se puede tener todo o eres libre y modificable o eres limitado pero de alta distribución. Aun que Linux a tenido grandes cambios con sus sub distribuciones estables como Ubuntu, Linux mint y fedora, así como sus versiones no estables pero de alta demanda, como lo es Kali y parrot que son ampliamente utilizado por usuarios que desean ser Hackers. Pero estas versiones aun se encuentran cambiando constantemente y causa frustración a los usuarios Básicos cuando al actualizar solo logran hacer que algunos de los programas fallen.
Recordemos que Linux tiene actualmente 4 distribuciones madre, Arch, Debian, Red-Hat y que no , claro son las que quedan vivas, en estas ya se encuentra cierta estabilidad pero aún nada que compita directamente con Windows y esto es por que no hay compatibilidad del 100% de los programas que corren en Windows y esto hace que los usuarios se detengan para el paso a Linux, adicional que aún los errores y defectos del sistema son complejos de resolver para un usuario casual, pero aunque los usuarios experimentados solucionen los problemas en segundos, para los usuarios casuales podría representarles dejar de usar su equipo por semanas. Windows al ser un sistema muy probado y con esta orientación a usuarios finales mantiene un reducido número de fallos críticos y esto permite que los usuarios utilicen durante año sin fallas (aún qué de vez en cuando algún parche del propio Microsoft rompen el sistema).
En Linux adicional a las distribuciones madre, también se cuenta con varias interfaces gráficas como son Gnomo, KDE, XFCE, LXQT, mate, Cinnamon y openbox, entre otros. como podemos ver hay varios interfaces Gráficas de las cuales podemos elegir y personalizar y por lo tanto hay programas que están optimizados para una interfaces que para otra y hay programas que funcionarán bien en una, mientras darán problemas en otra. esto causa que los esfuerzos para hacer que funcionen bien se disperse y no se cuente con la fuerza laboral para llegar a una versión final definitiva de alguna de ella. Entendamos que no hay empresas como tal dedicadas a optimizar las interfaces de Linux, si no son personas que deciden donar su tiempo para mejorarlo, pero la misma gestión de la colaboración se vuelve un tanto complicado.
Concluyendo. Linux no será popular en escritorios por su falta de compromiso con el usuario final y de estructura formal de desarrollo, pero nos mantendrá con la libertad suficiente para que las personas que deseen trabajar en ello puedan personalizar completamente su sistema.